martes, 30 de julio de 2013

Sin prisa

La Dulce Caída está en proceso de creación. Poco a poco iré avanzando para tenerlo finiquitado de cara al fin del verano. Dentro de unos días, cuando la calma lo permita, seguiré dando a concocer a los personajes del libro que están deseosos de salir a la luz.
Ya se sabe, las cosas de palacio, van despacio.

domingo, 7 de julio de 2013

MARTINA



Es la mejor amiga de Angie desde la universidad. Estuvieron viviendo juntas en Roma, disfrutando de una beca Erasmus. Es bastante sexy y guapa, la típica chica que les suele gustar a todos los hombres, pero tiene novio desde hace tres años y ama la fidelidad por encima de todo. Está completamente enamorada. Es una chica valiente, segura de sí misma (en apariencia porque luego es frágil como el cristal). Se deja manipular bastante por su chico, Leo.  Trabaja en una boutique de moda cara y vive muy agusto con lo que gana, con tan sólo mostrar su carita bonita y sus buenos modales. Le encanta la música y bailar. Fuma muchos porros y de vez en cuando se empolva la nariz con sustancias químicas, cosa que Angie odia a más no poder.

miércoles, 3 de julio de 2013

Más datos sobre Angie



Su relación con Equis hará que su aberración a la humanidad crezca (en especial a una determinada especie del género masculino) y su deseo sexual, también. Por el contrario, su autoestima  menguará hasta límites claramente traspasados según cualquier estudiante de primer curso de psicología.
Su verdadero nombre es Ángeles, ni Ángela, ni Angélica, si no Ángeles, cosa que a ella no le gusta nada.

Su madre, Katy, se casó con un hombre rico y ya se ha hecho tres o cuatro operaciones (dos liposucciones, un lifting y un agrandamiento de labios). Le manda dinero cada mes, pero Angie lo destina a una organización no gubernamental, contra la caza de animales para hacer abrigos de piel, de esos, de los que Katy lleva encima…Necesita sentirse autosuficiente. Aunque esté en la mierda, nunca va a pedir nada a nadie.

 Es muy irónica y bastante pesimista. No tiene planes de futuro, pues no ve nada realizable tal y como está el contexto en el que vive, así que simplemente se conforma:”Ya se arreglarán las cosas, yo me quejo pero no muevo un dedo”.

Le encanta la multiculturalidad del barrio en el que habita y también le gusta vivir, por decirlo de alguna manera, en la mierda. Es algo dejada, desordenada, algo sucia. Le da pereza limpiar la casa; esta actitud comenzó a crearse en ella a raíz de la muerte de su padre pues en ese momento se dio cuenta de que la vida eran dos días y había que dejar de preocuparse por cosas banales y absurdas.


En el fondo mira a la gente por encima del hombro, se siente más inteligente que ellos. Piensa que están gastando sus vidas a lo tonto trabajando tanto, con las hipotecas, los coches, los niños, las nóminas mensuales y los contratos indefinidos. Pero resulta que ella está llevando un camino que no dista demasiado de esa crítica, pues tiene veintisiete años, trabaja todos los días de la semana, intenta ahorrar pero se lo gasta en el bar y sobre todo, el peor mal de todos, es ese conformismo arraigado, ese deseo de dejar que las cosas cambien por si solas.
Otro problema importante es que no sabe lo que realmente quiere.
 

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