Las ovejas suelen ir en grupo, pocas veces verás una alejada
del resto, en general, la mayoría de animales suelen llevar este estilo de vida
común. Los animales son como las personas pero sin razón, esto quiere decir que
se mueven más a través de sus instintos que de su cerebro.
A mi no termina de convencerme el tema de los grupos… Muchas
veces me parece que son el foco descentralizador de la personalidad, la pérdida
de caracteres propios y el fin de la individualidad, entre otros.
Fíjense, estamos rodeados de grupos: los que tienen la misma
idea política, los que siguen fervientemente al mismo equipo de fútbol, los que
defienden unas ideas, los fans de un grupo de música que se reúnen cada vez que
el cantante de turno actúa, los boys scout, el coro de la iglesia, y para no
irnos tan lejos, los grupos de amigos, bastante diferentes al significado de
familia, que a eso ya no le considero grupo, si no, colectivo con la misma
sangre que se une para el beneficio altruista y común, algo así como una ONG,
la cual también dejaría excluida en este texto.
Supongo que ustedes me entienden cuando digo “grupos”. Hablo
de esas personas que se reúnen con un fin en común, hablo de aquellos que
vociferan por la defensa de algún derecho redimido, los que quedan para pegar a
inmigrantes o los que se ven todos los domingos para tomar un vermú en el bar
más caro de la ciudad.
Es difícil entrar en un grupo, para ello necesitarás la
aceptación de todos sus miembros y deberás de ser como cada uno de ellos, es
decir, una pequeña miniatura, una pieza copiada de un puzzle que construye el
todo. Al principio solamente deberás encajar positivamente en su lugar y ser
aceptado, caerles bien, demostrar que eres como ellos. Luego, con el paso del
tiempo tendrás que pensar y actuar exactamente como ellos hacen, si no, serás
criticado, vilipendiado y despreciado y deberás huir sin mirar atrás borrando
cada rastro y cada paso en falso dado en el conjunto.
Dicen que la unión hace la fuerza, que uno solo no se puede,
pero que entre todos podemos lograr muchos avances en todos los campos de la
vida. Y estoy de acuerdo, pero siempre me ha gustado la frase: “dos son
compañía tres son multitud” y a mi las multitudes, las masas, nunca me han
gustado. Me recuerdan a las ovejas corriendo por el prado en la misma dirección
siguiendo los gritos de un solo pastor, del líder, del dominante y opresor, del
tirano metafórico que se encuentra en todos estos grupos dañinos.
Por eso opino que hay que saber controlar el nivel de
integración en un grupo, conocer su poder y participar en ellos siempre con la
justa medida, sin olvidarse de ser nosotros mismos, sin cesar en nuestras diferencias
y conquistando y mostrando lo que nos hace únicos y especiales a cada uno de
nosotros, seres particulares y habitantes a su vez, de una sociedad común.
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