sábado, 12 de octubre de 2013

Hacer algo prohibido

Notas como la adrenalina sube desde el estómago hasta tu cerebro en menos de un segundo. Tienes un sentimiento de grandeza digno de reyes y princesas el día de su toma de poder. Te sientes eufórico, una mezcla de alegría y miedo, de suerte y terror entrelazado con cuerdas de riesgo que penden de un fino hilo. Sabes que estás haciendo algo malo, pero a la vez, esa maldad logra que experimentes una sensación difícilmente alcanzable a base de estrategias legales. Estas a punto de conseguir tu objetivo. El corazón late en toda su plenitud. Lo tocas con la mano izquierda para evitar que se te salga del pecho. Respiras y sin divagar más pasas a la acción. En ese pico de crisis, esa delgada línea entre ganar o perder, entre triunfo y fracaso multiplicado estás tú y tus nervios. Y sin pensarlo más consigues tu objetivo y en ese mismo instante te sientes dios durante cinco minutos de verdadera alegría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Visitas

14581