viernes, 31 de agosto de 2012

Walk away


A veces simplemente tienes que darte la vuelta y huir.
Trata de luchar contra el ejército de sentimientos armados con estacas, coge la puerta y vete sin mirar atrás. Es fácil decirlo y hacerlo se convierte en todo un acto heroico que solo los más fuertes podrán realizar para después alcanzar la gloria.

Un larga noche, una mañana aún más larga. Estoy tumbada en mi cama, sola, otra vez. Hace frío, fuera llueve con fuerza y dentro de mi también. Miro a mi alrededor, intento divisar algo y lo único que veo es a la oscuridad del mediodía. Te busco en ella y no estas.
Mientras tanto mi cabeza no deja de enloquecer e imaginarte como en este mismo momento estas besando a cualquier otra, estas haciendola el amor tan suavemente como me lo hacias a mi y estas diciendola todas aquellas palabras que hace menos de tres días me pronunciaste a mi . No puedo. Creo que aún soy una niña enganchada en un mundo de adultos bastante cabrones.

Ya estoy cansada de ríos de lágrimas resultantes del dolor que provoca el jodido amor. Todos somos unas víctima del enamoramiento, de las caricias y miradas. Hay que cambiar.

La femme plus belle du monde

  Tu sais pourquoi tu es avec ça fille?
Parce que tu n’as pas reencontré une autre. Ça veut dire que elle est ton deuxieme assiete, ça forme de tranquilité que tu as pour n’etre pas seule…

Elle sait que tu as ensaye de draguer avec toutes les filles et qu’elles t’on dit  non…Elle sais la classe de tipe de mec que tu es, le tipique mec…comme tous…mais elle t’ai vu d’une forme diferent. 

Elle est franchement idiot…et elle se sent comme ça quelques fois a ton côte…Et ce que tu ne vois pas c’est que elle peut etre avec quelque garcon qui s’a render fou pour elle..mais elle t’a choisi a toi.Qui, a toi.

Tu cherche a la fille de ton reves, la fille la plus belle de toutes, la plus haute, la plus blonde avec  la meilleur visage…
Mais ça n’existe pas, c’est une “utopia”. Tu perde le temp…Je te l’ai dit parce que je sais de que je parle. Tous ont cherche ça quelque fois…

Mais non…c’est un erreur…Ce que tu dois faire c’est ouvrir d’une fois les yeux, finir avec la fantasie et voir ce que tu as devant de toi.
Biensur ça sera meilleur que tes reves avec la femme la plus Belle du monde…

Tu sais pas qu’est ce que tu as jusque tu le perdrerais…

miércoles, 15 de agosto de 2012

Naufragio. Capítulo1: La llegada de Marie.


NAUFRAGIO. (Novela de Ficción por capítulos)

La llegada de Marie.



Las llamas se han apagado y ha llegado la hora de quemar los restos del naufragio y convertir en cenizas todo aquello que un día me destrozó el alma.
Desde el momento en el que el avión despegó, restos de combustible en forma de recuerdos fueron expandiéndose por el contaminado aire negro de Madrid. Poco a poco y a cada milla que avanzaba, ese cielo negro fue haciéndose cada vez más azul llegando al culmen de la claridad en el momento en el que aterricé en suelo extranjero.
El simple hecho de estar en un lugar nuevo, con caras distintas a las habituales y un idioma internacional en boca de todos me hizo sentir que una nueva etapa de mi vida había comenzado.

Y la verdad es que hay que tener huevos para mandarlo todo a la mierda, despedirte de los que quieres y dejar de lado a los que te quisieron. Pero era la única elección posible para olvidar todo lo que había pasado antes, después y durante el incendio. Cuando piensas que no vas a caer más bajo, una cadena imantada repentinamente se te ata en el cuello y tira de ti hacia el más profundo de los infiernos. La caída es difícil, pero se que tiempo después acabaré agradeciéndola, de hecho ya empiezo a hacerlo.

Sinceramente, no se por donde empezar a contar mi historia ni con qué adjetivos decorarla. ¿Tema? El más universal de todos y el único que se me da bien al definirlo y mal al ponerlo en práctica:  El amor. Puede parecer aburrido escuchar siempre las mismas cosas sobre él, acerca de luchas entre corazones que se aman y que tienen un destino fatal, hablar de rupturas, de pasiones, de amantes y de relaciones matrimoniales que se van al garete por culpa de la rutina. Pero esta historia no tiene nada que ver con eso. Es una mezcla de todas ellas llevadas al máximo extremo de la vida, al drama.
Pensándolo bien, lo definiría con palabras como locura, masoquismo, obsesión y dolor, mucho dolor. Me hicieron mucho daño y acabé rompiéndome el corazón yo sola, estrujándolo  y rebanándolo con mis propias manos.

Para llegar a entender el presente siempre es necesario remontarse al pasado así que empezaré esta historia remontándome al momento previo a conocer al actor secundario de la misma.

En esos tiempos disfrutaba de mi soledad. Tras una serie de dolorosas y juveniles rupturas amorosas me había encontrado a mí misma y no deseaba nada más que tener sexo esporádico y que de vez en cuando me acariciaran la mejilla mientras dormía. No pedía más. Todo era sencillo. Las heridas estaban cerradas. Y al hablar de heridas me refiero a que siempre me he rodeado de promiscuidad y alevosía. De deseos e infidelidad. De sexo y mentiras.¿Fui yo o fueron ellos?
Desde pequeña veía que los chicos iban por las golfas, a por las que tenían el par de tetas con el que yo no contaba. Me enamoraba además de los guapos, los chulitos y ligones del grupo. Gente con encanto y con mucho golferío…La maldad tira del carro.
Mis amigas me “quitaban” a los novietes y estos cedían al mínimo escote que ellas mostraban sutilmente, yo mientras sufría en silencio y la envidia iba instalándose en mi con una raíz que ahora es muy difícil de arrancar. Inseguridad y frustración me creó todo aquello. Una inseguridad transformada en horribles celos provocadores de grandes crisis de ansiedad y bajada de autoestima.
A pesar de todo esto, consideraba a los hombres como seres sensibles y susceptibles de fragilidad, sobre todo aquellos que provenían de familias desunificadas, con padres separados y traumas de la infancia. Me los imaginaba como muñecos de porcelana, frágiles y sensibles, que desde muy pronto habían tenido que convertirse en hombres y sacarse las castañas del fuego con esfuerzo y lágrimas encerradas en su habitaciones adornadas con posters de coches y tías buenas. Eran seres que me atraían bastante porque sabía que detrás de esa carcasa tenían un mundo lleno de sensibilidad y amor.
Absurdo pero se incrustó en mi mente como una idea fatal.
Con el paso de los años y de los hombres intenté evitar este tipo de prototipos que no hacían más que destrozarme la mente y el corazón. Pero yo seguí insistiendo con mi complejo de Madre Teresa de Calcuta. Algo innecesario, pues antes que ayudar a los demás debía encontrarme y ayudarme a mi misma. Y para ello he venido hasta aquí.

Mucha gente viene a este lugar para olvidar, pero yo no creo en el olvido, creo en la cicatrización. El olvido solo es un invento de nuestras mentes. Puedes pensar que te vas para evitar recordar pero en ese simple pensamiento ya estas trayendo contigo a esa persona y esos hechos a tu mente. Con tan solo intentarlo. Aunque sí que es cierto el dicho que de que la distancia hace el olvido. Pero más que espacial, la cual ayuda también un poco, ha de ser sentimental.

La primera mañana que pasé en Malta decidí bajar a dar un paseo por mi barrio y matar la sed con una buena Cisk. No había mucha gente en el bar del puerto, perfecto, quería huir de los turistas y este local parecía más bien autóctono. Un par de pescadores, una mesa con jóvenes y una mujer especial, que llamó mi atención, aún no se por qué razón. La vida muchas veces te pone personas delante de tu camino que en un futuro serán muy importantes para ti.
Sentada en la terraza del bar, bebiéndose la cuarta cerveza, ella me empezó a hablar en francés. Me pidió un cigarrillo y le conté que hace años yo había estado viviendo en la bella París.  Charlamos, o charlé (hablar es uno de mis pasatiempos preferidos), acerca de mi situación. Después, cuando mi necesidad de hablar y desahogarme se calmó, comenzó su turno de palabra. Me dijo que había venido aquí a buscar al personaje de su próxima novela..¿escritora?wauw, la persona que siempre he querido conocer y que la vida, el destino, o yo misma me he puesto en mi camino.
Ella era como un personaje sacado de una novela dramática en la que chica libre, independiente y atractiva se va a un país budista a intentar olvidar a chico cabrón que le destrozó la vida y allí mismo encuentra el nuevo amor. Bonita historia, con amargo final, como la propia vida, pues ese amor también morirá y se convertirá en otra ruptura. Y así se cumplirá una vez más la ley circular de los desastres amorosos.
Mientras charlábamos acerca de nuestras respectivas profesiones y deseos presentes y futuros, un grupo de adolescentes en plena ebullición se sentó en la mesa paralela. Entre los niños había una pareja formada por dos bebés con granos que no paraban de besarse, mirarse con cara de imbéciles y desearse uno a otro inocentemente. Patético. Era ridículo y me estaba empezando a dar ganas de vomitar así que se lo dije a mi nueva amiga y cambiamos de bar.
Y es que la etapa de la adolescencia no debería de existir, tendríamos que pasar de ser niños a jóvenes adultos en un parpadeo, como ocurre ya a día de hoy con la inexistente transición del invierno al verano, convertida más bien en un salto que olvida la bonita, florida y a la vez alérgica y jodida primavera.
Gritos, granos, histeria colectiva, hormonas estresadas, mala leche, niñería, gilipollez mental, anchas pérdidas de tiempo, ridiculez, vestimenta absurda…etapa digna de tirar a la basura, en bolsa bien cerrada y directamente de casa al camión, para que no huela.
Lo mismo haría con las rupturas. Ojalá pudiera cerrar la bolsa y eliminar en un momento toda la mierda acumulada que ha hecho y que se ha dicho en cortos intervalos de tiempo. Lo peor de todo, es que en esos casos, cuando cambias la bolsa, la nueva la llenas de rencor, rabia, pena, melancolía, frustración, una pizca de baja autoestima y un intento de suicidio. No sé que será peor…si dejar la mierda volando alrededor o encerrarla en esa peligrosa bolsa-bomba que si se rompe lo pondrá todo perdido.

Marie y yo, pues ese es el nombre de mi nueva confidente y futura amiga, fuimos caminando por el paseo marítimo sintiendo la brisa en nuestros rostros, disfrutando del atardecer, de la leve bajada de temperatura que se crea en el ambiente en ese momento y no pudimos evitar nombrar a Walt Whitman, el gran poeta que Marie utiliza como inspiración en sus relatos y que yo eludo cada vez que me doy cuenta de que tengo que disfrutar el momento presente, fluir, sentir e interiorizar. Todo muy natural, como se puede comprobar.

Teníamos muchas en común, sentí que era mi alma gemela francesa hasta que me habló de una historia, que gracias a dios, yo nunca había vivo en mis carnes.

- Llegué aquí hace cinco años y jamás he regresado- dijo con cierto tono melancólico en su voz-.  No he podido hacerlo, es largo de contar y ahora no tengo muchas ganas de hablar de ello.

-¿Por qué? Cuéntamelo ahora, hablemos, se que estas deseando hacerlo- tenía que convencerla de alguna manera, la intriga me hacía imaginar todo tipo de cosas curiosas y necesitaba saber la verdad para dejar de elucubrar absurdarme.

Fácilmente la convencí para que empezara a largar su oculta e inesperada historia.

- No  se si sabías que en Malta el divorcio está prohibido. La gente es muy cristiana, tanto que llegan al radicalismo. Un radicalismo cuya existencia no puedes llegar ni a imaginar en pleno siglo XXI.- comentó Marie con cierta aspereza en sus palabras.

Yo ya había oído algo sobre su cerrada y cuadriculada mentalidad. Pero la verdad es que no pensaba que era algo radical. No tengo ninguna prueba, no he visto nada extraño por el momento.

-Me enrollé con un chico cinco años mayor que yo, John, cristiano, proveniente de una familia del tipo Opus Dei, pero a la vez , distinto aparentemente a este tipo de personas. Nos conocimos una noche en el bar en el que él trabaja. Fuimos a la playa a dar un paseo tras unos cuantos sambucas y allí surgió el amor. Y el deseo. Y con ello mi hija Marita. Nuestra historia quedó ahí, en la arena, pues nada más, como se suele decir, que “fue lo que fue”.Pasaron los días y mi menstruación había desaparecido por completo. Cuando me di cuenta de que estaba embarazada y que no tenía ni un euro para abortar decidí contárselo a John. Tonta de mi, no recalqué en que en Malta, el aborto está legalmente prohibido- su cara era una mezcolanza entre pena y rabia, dolor y lástima hacia ella misma.
-Pero lo peor no fue eso-continuó- si no la cara de John cuando oyó la palabra aborto.  Sentí la furia y el asco en su mirada y ahí me di cuenta de en qué consistía la mentalidad radical.
Se lo contó a toda su familia y entre todos hicieron una criba contra mi. La gente en el barrio que se cruzaba conmigo por las calles, me llamaba “asesina”. ¿Asesina?¡Si ni siquiera había matado al niño todavía!

La interrumpí cortando sus últimas palabras y la dije que qué ocurrió con el bebé.
-La niña vive en casa de su padre. No me dejan verla, ni siquiera puedo recordar su carita, pues hace más de 4 años que no la tengo delante de mis ojos.

-¿Pero cómo es posible eso?¿No puedes denunciar?¿No tienes un abogado?

-Aquí la justicia se la toman por su lado. No puedo hacer absolutamente nada más que aguantar insultos y quedarme en esta tierra, lo más cerca posible de mi hija, para al menos sentir su corazón latiendo cerca del mio. Puede quedar un poco poético esto que acabo de decir- razón no le faltaba- pero es lo que debo y quiero hacer.

¿-Y eres feliz?- pregunté tímidamente.

-¿Es feliz una persona que vive en una tierra de injusticia, a la que todo el mundo mira con ojos de odio, que tiene una hija a la que no puede ni siquiera ver de lejos y cuyo marido es un hombre con el que solamente se acostó una vez y al cual ha de pagar, después de todo, una pensión?

Claramente, no había nada más que decir. Sobraban las respuestas.

domingo, 12 de agosto de 2012

Inocencia a través de la piel



Lo que veo a través de esa mirada del color verde de las hojas otoñales, es absoluta inocencia.
Puede que la carne sea capaz de transmitir muchos de sus pecados e incluso su voz, que muchas veces , antes de denominarla como dulce, pudiera provocarle cierta ronquez en la garganta. Pero en el fondo, en los adentros de ese océano verde lleno de peces, he descubierto algo más sincero, más sano y natural que toda la injusticia que cometió.

 Veo que tiene algo que le transmuta en un chiquillo adorable. Es un delgado cuerpo de niño recubierto de fibras adolescentes y con una mente juvenil en pleno proceso de ebullición madura. Me gustaría nadar dentro de ese mar, bucear a través de su cuerpo y de su mente buscando la sinceridad absoluta, la esencia de su ser , buscando algo que me haga confiar en las personas, que me haga volver a alegrarme por un paseo de la mano por los adentros de esta ciudad, Madrid. Sería capaz de cambiar el significado de la época de los ochenta de la frase “De Madrid al cielo”. Aunque también es cierto que me quedaría con una pequeña parte de ese sentido que tiene la frase relacionado con la heroína. La droga que entró a través de las venas de mis ojos y que me hizo cambiar la forma de mirar a mi alrededor y la forma de sentir en relación a los demás y en relación a mi misma.

Todos tenemos sueños de grandeza cuando dormimos, pero mis sueños se limitan a estar despierta, a abrir los ojos y tener delante la realidad que me gustaría que fuera real. Quisiera continuar con este buen comienzo. No quiero la perfección, pues ya he proclamado que es un concepto de dioses y que ni siquiera estos últimos existen. Ahora busco otras cosas, más naturales y sobre todo, respetables. El respeto si que es un concepto existente que hay que evitar , por encima de todo, atentar contra él.
 Quiero respetar la naturaleza, observar una flor, apreciar su tallo, la clorofila de sus hojas, el verde de sus peciolos y de sus ojos.  Quiero enraizarme en la bola de hilos que forman sus ataduras al suelo. Quiero denudarme y anudarme en ese ovillo de naturaleza, de amor, de unión universal. Pero se que he de hacerlo con delicadeza, pues los seres vivos somos frágiles y es fácil marchitarnos. Hay que tener un cuidado sublime, pues la destrucción está al alcance de un dedo de la mano.

Y sobre todo, quiero ver el sol, buscar mi fuente de vida, eso que me alimente lo necesario para sobrevivir en un campo de cactus y cardos. Quiero su luz, quiero su alimento, quiero echar raíces en él y llegar a ser la planta en flor más bonita del mundo.

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