La creación del cine fue un gran logro en cuanto a la
satisfacción de la representación de las ilusiones, visiones y fantasías de las
personas capacitadas para soñar, para ver simulaciones auto creadas en sus
cerebros.
El hecho de que se materializaran estos espejismos,
consiguió cumplir las expectativas tanto de los artistas y creadores de cine,
como del público en general. Resultó maravilloso poder observar con los ojos lo
que uno ve desde sus adentros, convertir un sueño en una realidad. La
satisfacción es incluso más grande para el creador, capaz de conseguir
transformar en tangible una simple visión subjetiva.
El arte del cine, proviene de uno aún más antiguo,
el arte de la pintura. Pintar fue una de las primeras acciones que comenzaron a
hacer aleatoriamente nuestros parientes primitivos. Aún ni siquiera sabían
hablar, es decir, no habían creado las palabras, el lenguaje de signos
lingüísticos. Esta fue una de las maneras que descubrieron que servía para
hacerse entender. Mediante dibujos que cualquier niño pequeño podría hacer se
comunicaban entre ellos, daban a expresar cosas básicas. Pero en estas pinturas
solamente representaban la más cercana realidad que estaban viviendo, es decir,
todo aquello que estaba delante de sus ojos. ¿Y qué pasaba con los
sentimientos? Con la creación de los lenguajes y del primer alfabeto, se empezó
a poner nombre no solo a las cosas, sino también a esos sentimientos. Gracias a
las palabras, el ser humano ha sido capaz de dar a conocer cosas que no pueden
verse con el sentido de la vista. La formación de frases con esas palabras
propició la creación de contextos amplios. La escritura permitió, como el cine,
dar a conocer lugares donde uno nunca antes ha estado o experimentar
sensaciones que se conocen o incluso que nunca se han vivido. En mi opinión la
escritura va incluso, un poco más allá que el cine en este sentido. Esas
representaciones escritas se convierten en infinitas dependiendo de quién sea
el lector. Las ideas mentales son subjetivas, las imágenes que se revelan en la
pantalla son objetivas en cuanto al significante. El significado y el
sentimiento es algo que siempre será subjetivo y que se puede apreciar en cada
segundo de la realidad vivida, eso es indiscutible.
Pero creo que el arte de la escritura juega con un
poder mayor: la imaginación. Por lo tanto, cada lector es también un director
de cine, que crea las imágenes particulares de lo que lee y que para cada uno,
aunque la letra sea única, esa visión es infinita.
Pintar, esculpir, hacer cine o esculpir son algunos
de los poderes que tenemos los humanos para expresar todo lo que llevamos
dentro, para crear significantes y significados propios, para mostrar las
luchas eternas y las cuestiones universales. Gracias a ellos, el ser humano,
dejando a un lado su innata capacidad de expresarse mediante gestos, ruidos o
miradas, es ahora capaz de comunicarse mostrando lo más oculto de su ser.A
parte de estas artes, como bien decía Huxley hay algo más allá de las palabras,
un lenguaje interno, energético e indescriptible, algo que elimina la
simbolización y que nos hace conectar con la verdadera realidad (para llegar a
él no es necesario tomar benzedrina o mescalina).
Nota: No sé si considero que es más difícil expresar
con palabras o con imágenes, lo que sí creo es que la pintura puede considerarse la madre de todas las
artes.