sábado, 22 de junio de 2013

ANGIE



Tiene 27 años, es melómana, ama la comida y conducir. Estos son los únicos tres placeres que le provocan un clímax similar al que alcanza con los orgasmos.
Debido a su trabajo precario, donde trata con toda clase de ratas y lagartijas sociales, ha cogido cierto asco a la humanidad,  por lo que se ha vuelto una persona irritable.
No le gustan mucho los animales y es dueña de un gato (las contradicciones son lo suyo).
 De pequeña, los amigos de su padre la confundían con un chico. Tenía más aspecto de chico que de chica.
No cuida mucho su imagen, solo para ir al trabajo, y porque se lo exigen en el contrato, pero esa dejadez la hace sexy. No sabría decir un por qué específico, pero se la ve atractiva y diferente a las demás.
Su padre falleció bastante joven. Le amaba. Se sentía muy identificada con él; admiraba su forma de ser, alegre y positiva.
Él fue rockero en una banda algo conocida en esos tiempos y su hija era su fan incondicional, no se perdía ni uno de sus conciertos; le gustaba hablar con los otros componentes del grupo y probó la cerveza en uno de los camerinos con tan solo once años.
Es bastante solitaria y solamente se masturba unas tres veces al mes; no es que sea lesbiana, pero le excita más el porno lésbico que el heterosexual............................................

viernes, 21 de junio de 2013

Diálogo entre las imágenes y las palabras



La creación del cine fue un gran logro en cuanto a la satisfacción de la representación de las ilusiones, visiones y fantasías de las personas capacitadas para soñar, para ver simulaciones auto creadas en sus cerebros.
El hecho de que se materializaran estos espejismos, consiguió cumplir las expectativas tanto de los artistas y creadores de cine, como del público en general. Resultó maravilloso poder observar con los ojos lo que uno ve desde sus adentros, convertir un sueño en una realidad. La satisfacción es incluso más grande para el creador, capaz de conseguir transformar en tangible una simple visión subjetiva.
El arte del cine, proviene de uno aún más antiguo, el arte de la pintura. Pintar fue una de las primeras acciones que comenzaron a hacer aleatoriamente nuestros parientes primitivos. Aún ni siquiera sabían hablar, es decir, no habían creado las palabras, el lenguaje de signos lingüísticos. Esta fue una de las maneras que descubrieron que servía para hacerse entender. Mediante dibujos que cualquier niño pequeño podría hacer se comunicaban entre ellos, daban a expresar cosas básicas. Pero en estas pinturas solamente representaban la más cercana realidad que estaban viviendo, es decir, todo aquello que estaba delante de sus ojos. ¿Y qué pasaba con los sentimientos? Con la creación de los lenguajes y del primer alfabeto, se empezó a poner nombre no solo a las cosas, sino también a esos sentimientos. Gracias a las palabras, el ser humano ha sido capaz de dar a conocer cosas que no pueden verse con el sentido de la vista. La formación de frases con esas palabras propició la creación de contextos amplios. La escritura permitió, como el cine, dar a conocer lugares donde uno nunca antes ha estado o experimentar sensaciones que se conocen o incluso que nunca se han vivido. En mi opinión la escritura va incluso, un poco más allá que el cine en este sentido. Esas representaciones escritas se convierten en infinitas dependiendo de quién sea el lector. Las ideas mentales son subjetivas, las imágenes que se revelan en la pantalla son objetivas en cuanto al significante. El significado y el sentimiento es algo que siempre será subjetivo y que se puede apreciar en cada segundo de la realidad vivida, eso es indiscutible.
Pero creo que el arte de la escritura juega con un poder mayor: la imaginación. Por lo tanto, cada lector es también un director de cine, que crea las imágenes particulares de lo que lee y que para cada uno, aunque la letra sea única, esa visión es infinita.
Pintar, esculpir, hacer cine o esculpir son algunos de los poderes que tenemos los humanos para expresar todo lo que llevamos dentro, para crear significantes y significados propios, para mostrar las luchas eternas y las cuestiones universales. Gracias a ellos, el ser humano, dejando a un lado su innata capacidad de expresarse mediante gestos, ruidos o miradas, es ahora capaz de comunicarse mostrando lo más oculto de su ser.A parte de estas artes, como bien decía Huxley hay algo más allá de las palabras, un lenguaje interno, energético e indescriptible, algo que elimina la simbolización y que nos hace conectar con la verdadera realidad (para llegar a él no es necesario tomar benzedrina o mescalina).

Nota: No sé si considero que es más difícil expresar con palabras o con imágenes, lo que sí creo es que la pintura  puede considerarse la madre de todas las artes.

viernes, 14 de junio de 2013

Improvisando



La vida golpea cada día fiel a su maligna rutina.
El miedo es el veneno de la punta de la flecha apuntando al corazón de aquellos que cuanto más conocemos mayor es el deseo de retroceder al vacío de un útero plagado de plenitud cumplida.
La felicidad es un chasquido que de vez en cuando hace ruido despertando tu alma dormida ya en sueños de duración aún determinada. Pero tan pronto viene la dama de la alegría como tan pronto desaparece dejándonos solo un eco que será recordado en el próximo y lejano despertar.
Me miro al espejo y no parezco real. El tiempo me hace confundirme en la inmensidad del universo.
El amor anida en mi cuerpo, incuba los huevos y da calor a los polluelos hasta que estos crecen y volando se van a otros mares por descubrir. La necesidad de la novedad, la flamante brisa al mover las alas y solamente mirar hacia delante.
Me gustaría ser paciente y constante, pero mis gritos se atan en mis intestinos provocando un ahogo interno natural que sale a trompicones por mi garganta quemada.
Cansarse de todo, cansarse de nada, salir a buscar, encontrar y no conformarse, eso es el mal que te arrastra de esquina a esquina con las mejillas sonrojadas por un lápiz labial. Prostitutas de la vida, víctimas de nuestra propia alma tintada de un color que solamente algunas hemos visto.
Si alguien sabe dónde está la llave, le pido que abra la puerta y la cierre de un golpe para que nadie más pueda entrar, para que dejemos de buscar ese lugar que ni en ochenta años de vida aparecerá. El lugar secreto inmaterial, donde los besos siempre son dulces y las sonrisas duran más. El modelo a seguir por una sociedad que solamente sufre el mal material.

¿La falta de conformismo es un pecado o la brújula que señala tu destino? ¿Esto está así bien o merezco aún más y más y más…? Sobredosis de vida, que al final deja el vacío de los recuerdos archivados en una estantería de la fría y divorciada habitación de juventud. O quizás tristezas enmarcadas en marcos de plata, limpios, relucientes, tratando de borrar ese anhelo de una vida distinta o mejor.
La eterna pregunta sin respuesta, el misterio sin resolución, la espina del tiempo que se te clava en la garganta dejando escapar algún sollozo en las tinieblas de nuestra cama.

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