miércoles, 18 de noviembre de 2020

Hoteleros

“El turismo es eterno, es un sector que jamás morirá y aún menos en España, que, desde hace décadas, es uno de los países más visitados a nivel planetario. Tened por seguro que aquel que decida trabajar en el mundo de la hotelería, tendrá trabajo asegurado para toda una vida”. Esta era la frase con la que los profesores de 1º de Turismo inauguraban el curso y que retumbó en mi cabeza en marzo de 2020, año que plantó un ¡zas en toda la cara! a todos aquellos que no vaticinaron esta impensable, pero real pandemia, que nos ha sumergido en una de las crisis MUNDIALES (lo remarco ya que ciertamente alivia el tan repetido “mal de muchos, consuelo de tontos”) más devastadoras que ha vivido la sociedad desde que tengo uso de razón.

Pero antes de sumergirnos en el río de barro de los tiempos que corren, retrocedamos y recordemos de dónde venimos. A mi generación pertenecen aquellos que superamos los 30 pero seguimos por debajo de los 40. Se nos conoce como Millennials, NINIS o simplemente “generación perdida”, da igual el nombre, el concepto es el mismo. Si algo tenemos en común es que la mayoría de nosotros tuvimos la grandísima suerte de poder estudiar una carrera, formarnos con masters, doctorados, idiomas y mudanzas a Londres o a Irlanda. Cuando por fin estábamos listos para despegar en el ansiado y apasionante mundo laboral, nos dieron en la cara con el ladrillo de las crisis de 2008, otra gran recesión que, en este caso, afectó principalmente a España. En aquel momento, el que pudo sobrevivir (hablando en plata, aquellos con padres y madres con pasta) pudieron salir adelante, los demás, tuvieron que “reciclarse” o “reinventarse” cuando todavía ni siquiera habían sacado rendimiento a sus conocimientos y habilidades. Aun así, con mucho tiempo, esfuerzo y creatividad, lograron ganar, o al menos salir inmunes de la batalla.

Una década después de la hecatombe, cuando todo parecía coger su ritmo y sintonía, llegó el Coronavirus, SARS2, COVID 19 o también conocido como “el puto bicho malo” y nos confinaron en casa durante meses. Presagiando la negatividad de la siguiente frase, la esquivo nombrando algo positivo, ya que fue en este momento en el que tuvimos, por fin, tiempo. Tiempo para pensar, para plantearnos cosas, para recordar, para ordenar la biblioteca en orden alfabético, para disfrutar del café del desayuno sin mirar el reloj, para dormir hasta las once si nos da la gana, para que los abrazos con tu pareja fueran infinitos o para, por ejemplo, escribir sobre todo aquello que me ha rodeado profesionalmente durante los últimos 10 años.

Volviendo al tema del turismo, tampoco borraré las palabras de uno de mis primeros mentores en el mundo de la hotelería: “este trabajo es para aquellos que están hechos de otra pasta”. Es una profesión sacrificada, en la que mientras todos descansan y están de vacaciones, tú les estás haciendo disfrutar de las mismas. Una forma de vida donde los planes son improvisados, quizás en Octubre en vez de Agosto, con celebraciones postergadas o perdidas, donde los cumples, aniversarios, puentes o roscón de Reyes se celebran de otra manera o incluso no se celebran. 

Pero es un trabajo excitante en el que cada día ocurre algo completamente diferente al anterior, que te permite relacionarte con todo tipo de personas constantemente, donde eres un solucionador nato de problemas de cualquier ámbito, con los que creces profesional y humanamente a medida que pasan las horas, donde los retos están a la orden del día y tienes el placer de hacer que la gente disfrute teniendo una repercusión directa en su felicidad. Gracias a él, tu curriculum añade nociones de psicología, coaching, enfermería, docencia, formación de formadores, comunicador, chamanismo, hombre o mujer del tiempo, decoradora, embaucador, investigador, CSI, celestina, actriz y muchos más.

Los grandes empresarios dicen que si sabes dirigir un hotel, eres capaz de dirigir y gestionar cualquier tipo de negocio. Y es que un hotel es un mini mundo que abarca multitud de ámbitos, desde el mantenimiento de las instalaciones, la creación y el diseño de productos, servicios y experiencias, marketing, comunicación, sostenibilidad, relaciones con clientes, la contabilidad, la decoración del ambiente y el lugar, la división de habitaciones, las ventas,…en resumen, la  gestión de más de 15 departamentos completamente diferentes uno del otro pero cuya implicación individual es tan relevante que si uno de esos eslabones cae, toda la cadena se rompe. Cada día pueden tomar decenas de decisiones que implican acciones de peso para cada uno de esos departamentos. Se trata de dirigir una orquesta donde lo más importante son las personas y que, por lo tanto, también conlleva un gran trabajo en cuanto a gestión de equipos, motivación, formación, crecimiento y desarrollo de los mismos y un largo etcétera. Y es por todo eso por lo que amamos la hotelería y, por ello, personalmente, amo mi profesión.

2 comentarios:

  1. Si pudiese grabar un audio en este comentario..serían aplausos infinitos y sonoros, de esos que hacen que imagines a un público entero de pie, vitoreando. Pero..tendré que conformarme con mis palabras jeje.
    Muy bien expresado, me he sentido muy identificada. Mi post "La hostelería pisoteada" es muy similar a este, me gusta que lo hayas enfocado al sector hotelero, pues es uno de los gremios también perjudicados por este virus, y que por desgracia, yo no he tenido el privilegio de trabajar. Aún así, al leerlo, se me han puesto lo vellos de punta, pues cada palabra ha hecho mella en mi interior. ¡Bravo!
    Si tuviese que contradecir algo de todo lo que has explicado, destacaría esa parte en la que te refieres a nuestra generación (a la que yo también pertenezco jeje) Por motivos personales, no pude estudiar lo que quise, ni hacer máster, ni carrera, tuve que ponerme a trabajar con 17 años directamente en la hostelería, cosa de la que no me arrepiento hoy día, pues gracias a esa decisión tengo un trabajo estable; cuando surgió la maldita crisis del 2008, fui una de las pocas personas que seguía trabajando en hostelería, y por tanto, mis sensaciones sobre aquellos años...son totalmente diferentes a las que explicas.
    Sin embargo, estoy totalmente de acuerdo contigo en todo lo demás, y por supuesto, apoyo este post con toda la fuerza que me queda, pues ahora más que nunca, todos los que nos dedicamos a este mundillo, debemos estar unidos, o esa frase que mencionas al principio, se convertirá en una leyenda olvidada con los años.
    Magnifico, de verdad, me ha gustado mucho.
    ¡Un saludo y cuidate!

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    1. Me alegra mucho leer los sentimientos que te ha provocado este texto, te agradezco de corazón tus sinceras palabras y , sobre todo, el haber ofrecido otro punto de vista acerca de la crisis de 2008 vivida desde otro ángulo de los infinitos que existen, muchas gracias por compartirlo.
      Creo que los que trabajamos en este sector entendemos que es, en ocasiones muy duro y sacrificado, pero que, merece la pena vivirlo y de ahí nuestra pasión al respecto. Y como bien dices, unidos seremos más fuertes.

      Un saludo y gracias de nuevo por tus aportaciones. ¡Cuídate mucho!

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