El fuego quema los recuerdos, el agua limpia y purifica todo
tu ser, tu interior y tu exterior. Esta es la primera noche de san Juan que no
comparto entre amigos, alcohol y hogueras. No por ello es menos especial o
melancólica, pues yo misma he provocado un pequeño fuego en la terraza, me he
relajado con incienso e infusiones y he escrito las cosas q deseo borrar y lo
que quiero alcanzar este año. Tiene gracia, pues el deseo que pedí el año
pasado se cumplió y este año lo que quiero quemar y olvidar es todo lo que
ocurrió por culpa de ese deseo. Hay que tener mucho cuidado con lo que se pide.
Yo este año he sido más egoísta , en vez de centrarme en una persona, en la
única persona en la que me estoy centrando es en mi misma.
Libertad, independencia económica, física y psicológica…¿qué
más se puede pedir?
Y finalicé la noche con una ducha que lo limpia todo, un
porro y el álbum entero de Cristal Stils en mis oídos evitando así también el
“dulce ronroneo” de los enormes mosquitos malteses.
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